Diosa Mané

Diosa Mané
Mané Castro Videla - Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina - Española

sábado, 21 de julio de 2012

Una furtiva lágrima

Una furtiva lágrima
De los ojos suyos brotó,
Aquellas alegres jóvenes
ella envidiar pareció.
¿Qué más voy a buscar yo?
¿Qué más voy a buscar yo?
Me ama, sí, me ama, lo veo, lo veo.
¡Un sólo instante el palpitar
de su hermoso corazón sentir!
Mis suspiros confundir
casi con su suspirar.
Sus pálpitos, sus pálpitos sentir,
confundir nuestro suspirar...
¡Cielo! ¡se puede morir!
Más yo no pido, no pido.
¡Ah Cielo! Sí puedo, sí puedo morir!
Más yo no pido, no pido.
Se puede morir, ¡Se puede morir de amor!

Libreto original (italiano)
 
Una furtiva lagrima
negli occhi suoi spuntò:
Quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vò?
Che più cercando io vò?
M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo.
Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir, confondere
per poco a' suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir...
Cielo! Si può morir!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah, cielo! Si può, Si può morir
Di più non chiedo, non chiedo.
Si può morir, Si può morir d'amor.

Una furtiva lagrima es una romanza para tenor incluida en la ópera L'elisir d'amore, compuesta por Gaetano Donizetti en 1832. Constituye el aria más célebre de la ópera, y la han interpretado a través de los años tenores de la mas alta talla, como los maestros Plácido domingo, Enrico Caruso, Alfredo Sadel,Tito Schipa, Beniamino Gigli, Mario Lanza, Luciano Pavarotti, Rolando Villazón, José Carreras, Alfredo Kraus, Andrea Bocelli, Ramón Vargas, Jussi Björling y Juan Diego Flórez.
Una furtiva lagrima se canta durante la octava escena del segundo acto. El ingenuo Nemorino ha comprado un supuesto elixir de amor a un charlatán, el doctor Dulcamara, convencido de que al ingerirlo podría conquistar el corazón de Adina, una bella y rica terrateniente, pero el ardid parece no causar efecto, además porque el embaucador en vez del supuesto elixir le vendió vino de Burdeos y Adina, por el contrario, anuncia su compromiso con otro pretendiente, el sargento Belcore. Desesperado y con el fin de conseguir dinero para adquirir otra dosis del supuesto elixir, el enamorado se enlista como soldado en el regimiento de su rival Belcore. Las muchachas de la villa se enteran de que ha muerto un tío de Nemorino, dejándole una enorme fortuna, por lo que todas empiezan a rodearlo y coquetearle, lo que el ingenuo campesino interpreta como un efecto del elixir

No hay comentarios:

Publicar un comentario