Diosa Mané

Diosa Mané
Mané Castro Videla - Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina - Española

sábado, 29 de octubre de 2016

¡Hay olor a muerte! mientras la ley grita: ¡Dios esta vivo!




Hay silencios

que huelen a muerte

en las aguas del Río de la Plata

deslizándose lentamente,

silenciosamente

Huelen a muerte 

a muerte de amor

de ti y de mí,

de la nuestra,

de la Patría nuestra.

Hay monólogos,

frases hechas en la sombra

de los incapaces

Hay silencios hóstiles

cargados de agresividad

de seres infieles e injustos

Hay acciones 

que nos hablan de sus ojos ciegos,

el odio y la violencia

La injusticia

de los que la administran,

de su hambre que lo hace ignorante

en su vocación

Hay palabras

de irresponsabilidad y gravedad

en que los hombres

no cumplen y solo traicionan

enmancillan a la nación

con su pluma y su letra 

redonda

anterior 

colmada de vacíos


Hay olor a muerte

de odio al hermano

Odio a ti, a mi y a todos,

de odio a sí mismo.


Hay olor a muerte

en los jueces que se creen, 

se la dan, de ser la libertad


Hay olor a muerte

en el yugo de su esclavitud

en el pecado del señor juez,

En el ser de su ser,

de sus fallos

de ser el falso dios argentino.


¡Hay olor a muerte!

en el campo de la conciencia

en los altos principios

en el corazón grande de los hombres


¡Hay olor a muerte! 

mientras la ley grita: 


¡Dios! ¡Dios esta vivo!


Mané Castro Videla

domingo, 23 de octubre de 2016

¡No! No, has entendido nada.



¡No! No, has entendido nada
ni siquiera cuando te conte
con los ojos llenos de lágrimas
ese costado del mundo donde el sol se acuesta
y ese modo de asomarse a los bordes
del quehacer diario que tanto me deleita y despierta,
a andar siempre con el corazón descalzo
y el alma desnuda surcando los cielos
A esas zonas de misterio,
de lo indecible o inexplicable
en la noche solsticial del amor
No te pertenezco, No me identifico
con tu pasión a la esclavitud
A no leernos en el encanto de contarnos la historia
La historia tuya, la historia mía.
La historia nuestra cuando caen las máscaras
hasta que los cielos, mares y tierras acaban
¡No! No, has entendido nada
Eres la mueca congelada.
La carencia de fundamento propio.
La imposibilidad de crecer
sin ninguna posibilidad de saber,
a aprender y pertenecernos
en momentos de silenciosa oscuridad
Eres el desencantamiento
cuando la palabra nos encuentra
en el bosque, en medio del silbido terrible,
en las encrucijadas de los caminos
y las estrellas se deshacen,
se transforman y nos relatan
en las antiguas inscripciones divinas
de sus cantos y melodías
en la búsqueda de la claridad
en el nombre de Dios.

Mané Castro Videla









sábado, 8 de octubre de 2016

Inquietante transformación



Ese enemigo insidioso y al acecho
Un significante vacío que se presta
a nombrar el modo hegemónico
de malestar estructural de la civilización
Díficil es no deprimirse
en la sociedad del pum para arriba
No envejecer sin la tristeza de volverse viejo
No encontrar pánico cuando cada elección
pareciera jugarse a todo o nada
Transcurrir el presente sin tiempo
Hay algo de tosudez, de fanatismo irresponsable
sino se esta a dispuesto a pagar las tajadas
que la vida le exige a cada uno
en cada paso de deseo.
El desazón y el fracaso caerán
en vertical en el tozudo deseo
Lo doloroso es valedero
es ese valor de la realidad
como cuando tu te fuiste de mi
Lo efímero es más gozoso
y lo hace más apreciable
como estos finales sin retorno
cuando hablan de auténticas destrucciones irrevocables
La mezquinidad  y esa desvalorización
del goce a lo bello
Versos, son solo versos al aire
versos para  no olvidar y ser memoria
para besarte y sentir el amor
y enfrentarme a la humanidad
más allá de mi misma
de mi rostro ensombrecido
con la fe puesta en un futuro de reconstrucción
de esperanza con los puños cerrados
en un golpe de luz mortal infinito
marcando un camino distinto
en nombre del bien por Dios y la Patria.

Mané Castro Videla



viernes, 7 de octubre de 2016

Soy yo, solo yo, deslumbrada por la noche



La tremenda realidad
de que las peores cosas ocurren
por la mecanicidad, el hábito y la hipocresía
del hombre decente y de su buena voluntad
de decidir hacer el bien, justificando actos
de los que no se hace responsable.
Ante tanto idiotismo atávico,
nos contentamos
Ante la propia mirada subjetiva
y de esa pequeña burbuja
juzgamos de todo y de todas las cosas
Hacemos, educamos, votamos,
decidimos, tenemos hijos y hacemos guerras
Escribimos ...
Somos parte de todo y de la nada.
Somos parte de la educación
del hombre civilizado
en el estado de la conducta mecánica,
en la anestesia de los propios sentimientos
y en la careta social.
Eso somos y en lo siento mucho,
es parte de la educación.
Y, así somos, tú y yo.
Mientras el horror acontece
y el sufrimiento es más intenso y absurdo
se disemina y multiplica como la peste.
Somos responsables, tú y yo
de todos los males del mundo
Somos la bestia.
Dañina, enfermiza y cruel domesticada
en el instinto de la decadencia
tranformando todo en máquina, en lo siniestro.
Y es este deseo
inconfundible de transformación,
de este desconformismo de ser mediocre
y esta necesidad de tener conciencia más allá
el que me lleva a separarme de ti
y no vivir hipnotizada ni en la ilusión
La vida te da sorpresas
en los rinconces menos inesperados
No, no eres tú ni tu amor.
Soy yo, solo yo, deslumbrada por la noche

Mané Castro Videla


domingo, 2 de octubre de 2016

Se que te amé



Se que te amé
te ame con dios y sin dios
con depresión y hasta en melancolía
aplastada en el tremendo dolor
Solo era tu imagen mi ideal
el comienzo de todo
que se eleva al paradigma
de lo más bello
Hasta que un día desperte y reflexione,
duro a sido aceptar lo que se ve
y más sin registro de gozo
No imagino el reencuentro
porque siento que algo se ha apagado.
Me aisla.
No hay, delante  nuestro, cosas eternas
sino la caída de imágenes ideales
como el lado oscuro de la luna
Mi deseo ha claudicado
ya no quiero entregarme
Descreo de ti
Necesito decirte adiós
antes de sumergirme
en la tristeza y desconsuelo
Antes que el mundo comience a derrumbarse
y sin soportar más, me quite la vida
antes que mi luz oscura te toque a ti

Mané Castro Videla