Diosa Mané

Diosa Mané
Mané Castro Videla - Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina - Española

martes, 25 de marzo de 2014

Sinfonía de un sueño, Mané




Ninguneada, denotada y despreciada se declara victima del atropello a la Justicia, la discriminación y la exclusión. Sin turnos, en turnos de salud.
Ahogada, en el océano del ajuste es condenada al hambre y la sed, de la moneda vil y sin cambio de un gobierno totalitario del populismo revolucionario con funcionarios de relato de justicia social, anuncian el revés de lo que se piensa en  la cruz del ahogo y la desdicha de la habitación asignada, sin ventanas, de esa cama estrecha.
Es, la hora y preparada está, sin maquillaje, lo estuvo siempre entre el papeleo de ingreso y en nombre de la verdad,  es tarde hasta para su espalda y la callada espera anunciada de que es; solo, a ella.
Atenta en el sello de su mudez impuesta, observa todo, con la lucidez extrema de las victimas del desgaste emocional de las Victimas"caranchos".
Victima es y es, vilmente etiquetada "carancho".
Ella, es; Victima de conciencia limpia, de la sensatez del deber cumplido con el sol y el mar, con los parpados del abismo en sangre, de tanto llorar las ausencias, el daño y el abuso del desarraigo y del exilio.
La espera del deseo de la tristeza con alegría  y el recorrido del
ritual de las fotos amarillas que se cuelgan en el polvo desolado. 
El murmullo del gesto en la última flor descolorida de la silenciosa muerte en vida. 
Y, su compañera de turno, impuesta, en el trámite burocrático del legislador. 
La gentil y amable compañera de escucha con ojos sabios de última hora, en las largas noches, sin lápices.,en la canción de un nunca jamás; A un seguir soñando, desde un lugar casi real de erotismo en que su amado... Su amado, volverá.
Y, ese olor tan especial que emana de la desnuda piel y, de las manchas del pañuelo, su símbolo de lucha y de la honra, en la sutil expresión del partir en el camino oscuro y negro, sin grises, donde ruedan las gotas de esperanzas, en la letra de la canción tarareada, en francés  y en su pecho, sin coraza.
La impunidad, cae como un rayo, la parte en dos y solo queda: El eco del hueco resonando de las vacías frases vacías encendidas de quién creyó a lo lejos...
A veintiún miligramos, se reconoce en la voz de los recuerdos. Recuerdos de ternura de otros tiempos sin edad ni tan lejanos vulnerable, llorando, amenazada sin poder hacer nada y entrando el sol por la ventana
en retazos de la historia argentina en voces sin fotos donde era un amor por vivir, el semillero del mundo y en  la política, los políticos daban respuestas a las desigualdades, sin oportunistas y se era, con el cumplimiento del deber social.
La grieta de sus ojos no le permite sostenerse en la historia de la espera y despierta,  sueña despierta.
La ve elegante en el jumper inglés y su corbata enlazada, coronando la frente.  Son esos, la de los ojos negros cantando en las rondas estudiantiles, es ahora y en su fatiga, en la pobreza inhumana en que había caído por tantas y tantas miles de mentiras.
La noche es larga y tan larga es, que ya no existen razones ni tampoco almohadas en que aprendió a renunciar y un nada acá; la invadió.
Entregada quedo, en sí, en el recuerdo, en las rosas del pasado y su voz.
Devorada, en el delito de amarse y respetarse, de exigir elegir y aprender en exigir: La libertad de elegir para tan solo, Ser ojos y la mirada de cielo.
Un conforme llévame, exhala y suelta en el último grito de pensamiento tan solo para vivir en el inconcluso lienzo de libertad.
A la luz de la ilusión de la vieja lampara de querosén para no acabar y ser entrega total en su exquisito sabor de la promesa boceteada en carbonilla que sin medida amaría
Llévame, por favor..,retumba y engrandece su nombre
Sin mojar la cama, llévame de prisa, sin dar lugar, a la vergüenza.
Abiertas están las venas con la culpa del vivir todos los inviernos
de la humanidad deshumanizada.
Voy calladita, mi tata dios, y sin demandas, muriendo estoy en el reparto del olvido, reducida, devastada
Calladita voy y sin que nadie reclame demandas en el espejo roto
melancólico y sufrido, donde mueren las letras
Soy la nada, la oquedad y soy, contigo, asomada a la inocencia con todas las mentiras y las fotos prohibidas, confeso la dibujada sonrisa de su última escritura a la luz de la luna, habitada de imágenes y palabras de sábado de heridas de mundos, de lenguas explotando en palabras y, la noche arranca la falda en un sorbo de lluvia y viento fuerte.
Pecado de amar de mi niña, la traición, en hoja de carpeta, escrita a lápiz. Promesas de amor entre silencios y secretos.
Y la pena de aquel silencio, es suyo, otra vez de ese encanto soñado, de no esperar, esta vez, es su turno y solo llego,, por y para ella.



Mané