El inmenso árbol de la preocupación, que tantos años ha crecido en cada uno de nosotros, puede manejarse mejor si se lo hace lo mas pequeño posible.
Para lograrlo, es aconsejable podar en principio, los pequeños obstáculos que nos impiden el disfrutar de cada día y así ir quitando el temor de que en el intento de librarnos de éstos y mejorar, todo se derrumbe.
En ese orden, quitando del comienzo los pequeños problemas podemos, gradualmente ir llegando al tronco principal de nuestras preocupaciones.
En ese orden, quitando del comienzo los pequeños problemas podemos, gradualmente ir llegando al tronco principal de nuestras preocupaciones.
Para cambiar hay que realizar una tarea a la vez, quitar las ramas de la preocupación de una en una,
ocuparnos y no preocuparnos.
Reconocer nuestros errores y tener el valor para enfrentarlos, establecer las prioridades y los objetivos en la vida,
Reconocer nuestros errores y tener el valor para enfrentarlos, establecer las prioridades y los objetivos en la vida,
mantener una verdadera determinación para librarnos
poco a poco de todo el peso que nos impide
trabajar, crecer, disfrutar y vivir,
transformando nuestras ansiedades,
miedos y preocupaciones en
coraje, esperanza y fe.
Con el paso de los años uno ha aprendido que nada en la vida es irremediablemente trágico;
Con el paso de los años uno ha aprendido que nada en la vida es irremediablemente trágico;
Y ... que hasta una lágrima al resbalar por la mejilla hace cosquillas !!!
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