El resentimiento no es otra cosa que traer el pasado al presente, nuestro ayer a nuestro hoy, el resentimiento significa re-sentir, volver a sentir, pero volver a sentir lo negativo, la rabia, la ira, el odio en contra de las cosas o personas que nos dañaron y eso hace que se pierda el objetivo real e importante de nuestra vida.
El resentimiento genera pensamientos de revancha, desquite y coraje mal enfocados. Estar alentados a actuar por los resentimientos es existir pero no vivir y creo yo que el objetivo principal de todo ser humano es vivir, exigirle a la vida misma lo que por derecho nos corresponde, lo que realmente nos merecemos, no lo que necesitamos porque todos necesitamos algo, pero no todos lo merecemos.
De manera muy particular he entendido que para merecer hay que hacer, tenemos que pagar un precio, y quizá a veces un precio muy alto, pero que el esfuerzo, la dedicación, la privación y el sacrificio hecho valga la pena por algo constructivo, positivo, gratificante y no aferrarme a pagar un precio de dolor, desdicha, sufrimiento y atarme a un resentimiento que lo único que provoca es contaminar mi hoy, mi presente que es en realidad lo único que me pertenece y puedo controlar.
Del pasado no puedo cambiar nada de lo vivido, el mañana aún no llega y para ser honesto no sé si llegara, pero para morir necesito estar vivo y eso es realmente lo que me importa, tener la oportunidad de disfrutar mi momento, mi aquí y ahora y no verme en futuro mirándome en el espejo de la realidad y como la gran mayoría de las personas voltear hacia atrás para descubrir cuanto tiempo he perdido.
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