El karma no se puede evadir, pues no es otra cosa que el resultado de la ley de causa y efecto, el karma se debe transmutar y modificar las causas para que los efectos sean diferentes.
Lo que vemos en nuestra vidas hoy es el efecto de una causa pasada, siempre lo es, por eso decimos que el mundo exterior es un reflejo del mundo interior, pues el mundo interior es la causa, ahí, a través de nuestros pensamientos se siembra lo que habremos de cosechar en el mundo exterior.
Si nuestros pensamientos, emociones y actos son nobles, cosecharemos nobleza, si son mezquinos, cosecharemos mezquindad.
Al hacer una introspección y analizar internamente la calidad de los pensamientos, emociones y actos, y al invocar a la divina presencia para que clarifique el camino que se deben seguir para cambiar esos patrones que pudieran estar aún provocando efectos limitantes...
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