Fragmento Profetico
(nota sobre Piedra de Sol,poema de Octavio Paz)
Allá por el año de 1997, un año antes de la muerte de Octavio Paz, yo estaba escribiendo unos cuentos que ahora ya estan perdidos. Muchos de mis anhelos estaban dirigidos a la modesta construcción de una obra poetica y narrativa, pero no encontraba el tema central de lo que buscaba en realidad. Hasta que un buen dia, en un bar de la zona 1, encontre sobre la barra una revista cultural que contenia un poema, que entonces yo considere completo, sin darme cuenta que solo era un fragmento.
Lo leí con asombro, lo releí luego con gratitud, luego, lo volví a leer y seguí leyendolo hasta que me quemo por dentro y me dejo su marca. Decia:
Para que pueda ser
he de ser otro,
salir de mí,
buscarme entre los otros,
los otros que no son
si yo no existo,
los otros que me dan
plena existencia,
no soy, no hay yo,
siempre somos nosotros.
Desde entonces me quede con sus palabras. Hasta que un amigo me presto “La estación Violenta” donde comence a leer el poema Piedra de Sol, y entonces encontre mi fragmento profetico. Encantado del texto encontre la fecha de su publicación 1957. Octavio Paz debia tener 43 años. Nacio el 31 de Marzo de 1914 en Mixcoac, hijo de una española, como la llaman algunos criticos y de un abogado mexicano de sangre india. Paso su niñez en la biblioteca de su abuelo, Ireneo Paz. Fruto de sus lecturas y sus viajes nacio su pasión por oriente. Este poema largo, que es el primero en la lista, y que fue empezado en un cuarto de hotel en un epoca dificil en la vida del poeta, es una sintesis de culturas, la Oriental y Occidental. Yo en ningun momento he pensado en hacer una critica en el nivel academico, pero si me entusiasma transcribir lo que se ha dicho con anterioridad del poema en cuestión. En una entrevista Octavio Paz señalo que su poema Virgen (1944), era vital para comprender Piedra de sol, descisivo para el analisís de su poema extenso. Existe la fidelidad a la palabra, el amalgama entre amor y erotismo, entre simbolismo y surrealismo. Pero ante todo el eje central es el erotismo. Todo poema es un dialogo, dijo el poeta mexicano en una entrevista; tambien dijo que toda palabra quiere recrear el evento poetico, así lo sobrenatural, la religion, el amor y la poesia, permiten al hombre salir de si mismo y ser otro.
El principio, es el final. La descripción de un paisaje sereno, que a su vez es la preparación al lector de unos versos trastocados por la mas honda experiencia, por la suma de un sentimiento que va creciendo con la imagen, o el desarroyo de visiones que fluyen libremente. Esta imagen serena es con la que acaba el poema tambien. El final, aunque es identico, ya no es el mismo. Luego de viajar por el mundo amado y, renovarlo, luego de quemarse en cientos de llamas clarividentes, el poema, templado por el fuego y por el agua, llega a su fin con las mismas palabras.
Creo en cierta introducción al poema. Aun en el tercer parrafo se presiente la formación del ambiente y la dirección que llevara al poema al final. Se va gestando el ambiente donde ocurrira el prodigio. Se reunen las imagenes de la tierra y el cuerpo, las transparencias, la luz, las piedras, la mujer, los mares. Todo se comboca en los primeros parrafos como en una oración.
A momentos el erotismo se hermana con el mundo, con el aroma, el sabor, y la textura de la tierra, y todo, naturalmente se funde en el momento de volver a ser nada y todo, como en un caleidoscopio. El dialogo es cerrado e intimo.Aquí ya hay un lenguaje diferente, que busca un dialogo interior. Un inalcanzable ideal que O. Paz indaga con todos los sentidos. En cada palabra hay una conección, un fluir sin amarras, un abrazo voluntario. No hay palabra que suene fuera de la armonia intersticial de los sentidos. La nostalgia de si mismo invoca seres amados, una calle, el hotel, nombres de personas y lugares de la tierra. El poeta se recrea en sus imagenes que surgen sin forzar aldabas; se siente uno, sometido por fuerzas internas que no comprende. Es decir: el poema empieza a abrirse por dentro del lector, empieza a desnudarlo y comprometerlo con la historia de un hombre vulmerable que se deja golpear por las olas por el gusto de estar vivo.
La sustancia es el poema que uno completa, el retornar a un lugar ya conocido y lejano, un lugar arrebatado por la cotidianidad, por el orden y la supuesta normalidad. Lentamente se va haciendo el amor y se va gestando el llanto, no por las palabras, sino por la sustancia. Hay permanencia en los versos de Octavio Paz, hay renovacion del tiempo. Renovacion de la esperanza, la siembra, agradecimiento con la vida ya vivida, con las calles de la memoria que ahora tienen su espacio y saltan a la vida en un verso.
Cuando empece a estudiar el poema, encontre versos recurrentes al sol, la luz, lo cristalino, lo transparente, es decir: lo sagrado. Lo entendi cuando vi el calendario, el sol de piedra, el rostro en el centro, las llamas cuneiformes, el elaborado misterio de sus formas. Me gusta el ritmo, las palabras que surgen remolcadas por las otras, y el latir interno de algo vivo que luego se deja ver sin ser visto. Lo sagrado sobrenada, se presiente en un final que nunca llega. Poema es dialogo, poema es lectura intima, cada cual frente a frente. He aprendido en este poema a no temerle a la imagen, ni al lenguaje, uno y otro se complementan en un plano. Cuando la imagen deja de ser surge el puro lenguaje. Hay plenitud en el decir; sin embargo puedo intuir que Octavio Paz se guardo todo el impetu, por el balance, toda la ira por la belleza.
Pero hay instantes en los que se desborda con una suerte de sabiduria poetica, si se le puede llamar asi, nos muestra la coneccion interna del universo, del hombre con su semejante, y el balance natural de nuestros actos y palabras. Sentis que el poema libera fuerzas vedadas al ojo y la mirada contidiana. Aun cuando distintos y de diferentes origenes el poema nos reune y nos acerca a la semilla primordial de todos los origenes:
...soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos...
Fuente de todas las fuentes, la poesia me quito la sed, como luego escribiria el Señor Humberto Ak`kabal con su poema. Octavio Paz elige el texto de Gerard de Nerval, Artemisa. El epigrafe traducido del frances es este:
Vuelve, primera aún, la decimotercera;
unica es cada vez, y único es el instante.
¿Eres acaso reina?, la ultima, la primera,
¿Eres acaso rey?, postrer y único amante...
Todo eso fue ese poema para mi. Plena evocación del instante, amor por lo ya vivido y lo por venir. Ser. Eso entonces es este ensayo, que lejos de ser profesional, atenta solamente a ser de gratitud.
Aunque sólo existiera una verdad única, no se podrían pintar cien cuadros sobre el mismo tema.
Pablo Picasso.
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