Declinamos
de toda responsabilidad
sobre las opinones vertidas
Reza un viejo adagio en el espejo
Ella y su angustia.
Ella y su dolor.
Ella atravesada
por el designio culposo y la melancolía.
Ella, la de siempre, la de todos los días
tomando cuerpo, dilatando el tiempo,
potenciando la escena, la falta,
la pérdida, la finitud y la castración,
la angustia del todo o la nada,
ella, declinando.
Se recordó pariendo en soledad,
dando vida a su existencia.
LLena de recuerdos
remarcó una a una cada letra
remarcó una a una cada letra
y toda la palabra, declinamos.
Remarcó... deseo, legado y mandato.
Mochila de plomo.
Opiniones vertidas.
Ella, se reconoció en el deber de siempre,
estar haciendo algo.
estar haciendo algo.
De ser el permanente andar.
De ser el motor y el análisis
para encontrar la salida.
De ser solo ella, solo ella y en soledad,
transitando los bordes.
Vivenciando, lo que hay. El amor.
En ser siendo ella, en el ser de la búsqueda
más que la espera.
En ser siendo ella, en el ser tan solo, una respuesta.
Tan solo, la palabra.
La palabra que arranque la angustia, su certeza.
Manè Castro Videla
La extraña Dama
La extraña Dama
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