Tienes el don de la guerra
de dejarme sin palabras
y del escándalo que despiertas
de apuntar hacia dentro de mí
zonas ignotas, inesperadas
fuera de control.
A esas cosas tan obvias
que se asoman a los bordes
del misterio de los cimientos
de lo indecible e inexplicable.
A lo que condena a la incompletud,
al gran agujero negro
que contemplamos
temblando en el silencio
más allá del firmamento.
A ese instante de temor
con terror de no entender nada
de reducción escalofriante que degrada
a la misma nada y sentir,
Sentir solo morir...
mientras mi alma te ama
con toda mi existencia
hecha trizas y sin parar de llorar.
Mané Castro Videla